La función persuasiva es aquella que tiene la finalidad de influir en el comportamiento del receptor del mensaje para inducir en él una reacción determinada. Al mensaje que se quiere dar se le añaden todos los atractivos posibles para persuadir al receptor. Los procedimientos utilizados son las órdenes, amenazas, asociaciones, sugestión, apelación a la imagen de uno mismo... Se utiliza, sobre todo, en la publicidad, aunque también se emplea como recurso de apoyo en discursos políticos.