EL OBJETO

Cada fotografía necesita un objeto pues, de no tenerlo, el ojo recorre la imagen de un sitio a otro, sin saber dónde quedarse. Por lo tanto, antes de imaginar la fotografía sería buena idea tener claro el motivo para hacerla. Una vez así, ya se puede ir pensando en la composición y qué ocurre cuando el objeto se coloca, o no, en el centro.
Muchos fotógrafos suelen colocar el objeto en el centro del encuadre porque, por naturaleza, es el lugar donde se fija el ojo y, por ello, el lugar más obvio para el elemento más importante de la fotografía. Un objeto centrado resulta especialmente llamativo cuando es algo simétrico, como un edificio clásico o la parte delantera de un coche. Pero para que funcione exige mucha precisión para colocarlo justo en el centro.
El fotógrafo ddzphoto elige como motivo para sus fotografías la simetría. Sin embargo, al sacar demasiadas fotografías de un objeto centrado quedan repetitivas y estáticas.
En el punto opuesto, Falkenpost  prefiere utilizar la asimetría, dándole así más dinamismo a sus imágenes y, a la vez, mostrarnos el contexto de las mismas.

EL PUNTO FOCAL.

Muy a menudo sentimos frustración al mirar una fotografía porque el ojo no se ve atraído hacia ningún elemento en particular de la escena. Pero al incluir o dar énfasis a un punto focal en particular en una imagen, inmediatamente se atrae la atención del espectador. Un punto focal suele cubrir una parte mínima del encuadre pero, para que reclame nuestra atención, tiene que contrastar de alguna forma con la escena.
Podemos destacar el punto focal de varias formas:

1. AISLAMIENTO. En una fotografía, el punto focal más simple es el de un objeto aislado visto de lejos en contraste con un fondo monótono. Al colocar un objeto en el centro de la imagen se tiende a perder intensidad y queda estático. Un punto descentrado resulta mucho más dinámico pero si se coloca demasiado cerca de los bordes deberá ser por algo justificado. 


2. CONTRASTE DE COLOR. Se puede emplear el color para controlar dónde se pone el énfasis como, por ejemplo, salpicar de rojo en una imagen mayoritariamente verde.


3. ENFOQUE SELECTIVOAl contemplar una imagen, enseguida se nota la diferencia entre zonas nítidas y borrosas. Por ello, cuando se sacan fotografías de un conjunto de objetos parecidos, o muy pequeños, resulta más interesante enfocar a uno, o unos pocos, y dejar los demás desenfocados.

4. EL RECURSO DE LA LUZLa luz también sirve para crear un punto focal, ya sea por sí mismo o indirectamente. Una lámpara encendida reclamará nuestra atención o un rayo de luz dirigirá nuestra mirada hacia el punto que enfoca.

LA REGLA DE LOS TERCIOS
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Una forma clásica de crear una composición satisfactoria consiste en dividir mentalmente una imagen en tercios verticales y colocar el objeto aproximadamente sobre una de las líneas divisorias.
De esta forma, se crea una imagen más dinámica que una que ponga el énfasis en el centro, ya que hace que el ojo se mueva a lo largo de la imagen. Además, muestra al objeto dentro de su contexto. Un objeto en el centro necesita llenar el encuadre para tener algún impacto mientras que uno descentrado revela su entorno. Incluso cuando el objeto es bastante grande, sus alrededores se ven.


LOS CUATRO PUNTOS CLAVE.

Además de las líneas de los tercios verticales se pueden añadir dos líneas más de forma horizontal para formar una cuadrícula. Donde las líneas se cortan, encontramos los cuatro puntos clave. Ten en cuenta que esta medida es aproximada ya que, aunque ahora muchas cámaras digitales ya traen incorporada la opción de la cuadrícula incorporada, el fotógrafo debe hacer la composición de la imagen, a ojo, en su mente.