EL EDITORIAL

CLAVES PARA REALIZAR UN EDITORIAL RADIOFÓNICO. 

CONOCER E IDENTIFICAR A LA AUDIENCIA para saber a quién vamos a dirigir nuestra opinión, qué temas son los que más les interesan y cómo a través de este género podemos explicar, analizar o resolver sus dudas o intereses. 

ELEGIR UN TEMA DE ACTUALIDAD que despierte la curiosidad de los oyentes y los conduzca a reflexionar y cuestionarse los hechos que influyen de forma decisiva sobre aspectos sociales, políticos y culturales. No quieras abarcar y piensa en una sola idea, un solo mensaje. Recuerda, además, que un buen comentario no debe ser largo. Tres minutos son suficientes para desarrollar una idea. 

REDACTAR CONSERVANDO LA FILOSOFÍA DEL MEDIO. Para lograr este objetivo será necesario conocer los demás contenidos que se publican en el medio para así hacer un aporte adicional desde la opinión o argumentación sobre el tema que planeamos desarrollar. 

ELABORAR UNA ESCTRUCTURA antes de empezar a redactar que servirá de guía para exponer tus ideas con claridad, coherencia y cohesión. La estructura puede iniciar con una introducción que lance una pregunta, presente un hecho concreto o cite una fuente para después poder continuar nuestra disertación profundizando en puntos claves del tema hasta finalizar con una conclusión. 

USAR SIEMPRE PALABRAS CONCRETAS , coloquiales, comprensibles. Estás hablando para que te entiendan, no para demostrar tu gran “sabiduría”. 

HABLAR A LA AUDIENCIA EN SEGUNDA PERSONA y emplear para ello todos los recursos del lenguaje radiofónico: juegos de palabras, golpes de humor, preguntas y admiraciones, comparaciones, pausas, énfasis, imágenes y refranes, hasta efectos sonoros y música de fondo. No olvides el lenguaje inclusivo. Que tu editorial no sea sexista. 

UTILIZAR UNA VOZ MAYESTÁTICA, en otras palabras, usar la primera persona en plural que represente con respeto, solemnidad y altura la imagen del medio de comunicación. Una editorial representa la voz de la empresa. 

CONTAR Y NO LEER. Por la responsabilidad que implica, los editoriales se escriben y se leen pero, para que no suenen “a leído” el tono tiene que ser convincente, interpelante, motivador... 

INCLUIR OTRAS MIRADAS o perspectivas que enriquezcan nuestra editorial, ya sea confirmando lo que decimos o contrastando con fuentes autorizadas para que amplíen al oyente la información o conocimiento sobre el asunto que se está abordando. 

EXPONER, OPINAR Y ARGUMENTAR con propiedad, apoyándonos en una completa investigación o consulta sobre el tema, conociendo los referentes para hacer las lecturas pertinentes que aporten valor a nuestra opinión. 

ESTRUCTURA DE UN EDITORIAL,

CONTAR UN HECHO. Comienza narrando algo, una anécdota, un ejemplo, una historia... Y cuéntalo con emoción. En un editorial debemos ir de lo concreto a lo general y nunca al revés. La primera frase de esa narración es decisiva para atrapar la imaginación de la audiencia desde el primer momento. Nunca anuncies bobamente lo que vas a hacer: ahora voy a contarles un hecho que es muy interesante… y comienza por una frase impactante, tal vez una pregunta provocativa: ¿Sabía usted que Estados Unidos es el mayor productor y exportador de marihuana en el mundo? O una frase ingeniosa: La marihuana no es la solución, pero tampoco es el problema. O entra directamente a la narración: Mariela no podía creer el “negocio” que le estaba proponiendo aquel señor. 

ANALIZAR EL HECHO. Ahora tenemos que pasar del caso concreto a la situación estructural. En esta segunda parte del comentario vamos a analizar el caso que hemos mostrado, conocer sus causas, comprender por qué ha ocurrido. Básicamente, aportaremos datos (cifras, estadísticas, cantidades) y argumentos (razones que explican ese hecho y que acompañan la reflexión de la audiencia). Por ejemplo, datos sobre las drogas : 8 de cada 10 delitos en nuestro país están relacionados con el narcotráfico. Y argumentos: si las drogas se despenalizaran, se eliminaría el 80% de los delitos en nuestra sociedad, se acabarían las mafias y todas sus secuelas. 

RESOLVER EL HECHO. Ya vimos qué pasa (primer punto) y ya comprendimos por qué pasa (segundo punto). Ahora nos toca concluir el comentario, dar pistas sobre cómo solucionar la situación planteada. A veces, no se puede dar una salida muy concreta al problema planteado, otras sí. A veces, nos tocará denunciar y tomar posición frente a una situación difícil, otras podremos sugerir una vía de solución. En cualquier caso, proponiendo o protestando, la emisora está tomando posición y comprometiéndose. Y de eso se trata. Si importante es la primera frase del comentario, todavía más la última. El remate lo puedes hacer con un refrán oportuno, una pregunta pícara: ¿No es hora ya de despenalizar las drogas y desenmascarar a la banca norteamericana, la gran lavandería del dinero sucio?. Muchos comentaristas conocen el truco de cerrar el círculo, de retomar a la salida el mismo gancho de la entrada.